Inventor: Daniel Moreno Rodríguez
Biografía:
Trabajador Autónomo. Ingeniero Técnico Industrial. Electricista, Frigorista, Climatización. 2 patentes españolas de invención tecnológica. Perito a la caza y captura de fraudes. Obsesionado con el aprovechamiento energético y su sostenibilidad económica. Cruelmente realista, ilusionado e involucrado con la movilidad eléctrica. Técnico de electrodomésticos por herencia familiar. Inventor inquieto y apasionado confieso del BikeTrial.
Invento:
El actual modelo de cerramiento exterior de obra es estático y no interactúa térmicamente con los medios que separa. Las principales características del cerramiento tradicional cumplen requisitos estructurales, de aislamiento térmico y acústico y barrera de vapor principalmente, pero no interviene en la adecuación térmica del espacio interior construido de manera activa, tan sólo lo limita perimetralmente respecto del medio exterior y contiene respecto del tiempo la energía aportada al climatizar su interior.
Para la climatización de interiores se utilizan construcciones con características de diseño (aislamiento térmico, barrera de vapor e inercia térmica) y se coloca un equipo en su interior, que aporta energía térmica en procesos de calefacción, o la absorbe en procesos de refrigeración.
A grosso modo la invención describe una mejora para cualquier cerramiento en obra (muro exterior de un espacio climatizado), que consigue captar energía térmica (calor o frío) del exterior de la vivienda y recircularlo hacia su interior climatizándolo. Esta energía es gratuita y de origen renovable. Tan solo necesitamos aporte energético para “bombear” esta energía. La gran ventaja de este sistema es que consigue climatizar con pequeños saltos térmicos, lo que dispara el rendimiento de su maquinaria (bomba de calor agua-agua), y no interactúa en la calidad del aire interior, evitando deshidratarlo o recircularlo una y otra vez por conductos que acumulan suciedad e insalubridades.
“Con ello conseguimos crear artificialmente una climatización estática tan acogedora como la que encontramos naturalmente en cualquier cueva, con el mínimo consumo energético”
Más específicamente se trata de un sistema de climatización estática de interiores por bomba de calor agua-agua (frío y calor), compuesto por dos intercambiadores empotrados (similares a las instalaciones de suelo radiante) a cada lado de las superficies de un muro, que separa un espacio climatizado del medio exterior, y ocupando absolutamente toda la superficie del cerramiento excepto puertas y ventanas. El interior del muro está caracterizado por una alta resistividad térmica y sus superficies están caracterizadas por una alta conductividad térmica. Éstas características garantizan facilidad de intercambio de las superficies con su medio adyacente (exterior y climatizado), pero limitando el intercambio entre ellas.
Ambos intercambiadores (interior y exterior) están formados por un conjunto de tuberías empotradas en mortero monocapa (por ejemplo), que transportan un líquido caloportador y quedan conectados al lado de condensación o evaporación de la máquina térmica, en función del régimen de trabajo (verano o invierno).
Dicha disposición consigue un intercambio térmico estático de baja temperatura, disparando el rendimiento de la máquina térmica (bomba de calor) y consiguiendo un sistema estable a lo largo del tiempo con una diferencia de temperatura mínima entre los intercambiadores y los medios exterior e interior climatizados.
La fachada de nuestra vivienda se convierte en un gran “sumidero de energía”, capaz de:
- Intercambiar calor latente con el ambiente exterior en procesos de calefacción (Higrotermia como gran ventaja en lugar de como el inconveniente que suele ser).
- Intercambiar calor sensible con el exterior (Aerotermia).
- Convertirse en un gran colector solar (E. Solar térmica).
- Recircular además las pérdidas por conducción a través del aislamiento.
- Minimizar el consumo de la máquina térmica (bomba de calor), debido a los pequeños saltos térmicos con los que trabaja.
En términos de salto térmico, nuestros estudios teóricos demuestran que, para que exista intercambio térmico suficiente para climatizar una vivienda, es necesario menos de 2°C de diferencia de temperatura entre la superficie de la pared y el medio con el que intercambia dicha energía, atendiendo sólo a energía en forma de calor sensible de intercambio con el aire exterior, sin tener en cuenta la higrotermia como ventaja, o la radiación solar disponible.
En régimen de refrigeración del interior de la vivienda se evitan las condensaciones puesto se necesita un pequeño salto térmico, la pared no está “muy fría” y podremos climatizar sin llegar a la temperatura de rocío, que además en verano suele ser alta incluso en zonas de costa, dejando margen suficiente para climatizar.
Recordamos que el intercambiador ocupa toda la superficie útil del muro exterior y su superficie de intercambio es muy extensa, necesitando un leve salto térmico.
Además este sistema y sus equipos son totalmente compatibles con otros sistemas de aprovechamiento energético como:
- Precalentamiento de agua caliente sanitaria con energía procedente del captador de la fachada en invierno, o calentamiento en verano.
- Captador de energía geotérmica para lugares con temperaturas exteriores extremas.
- Recuperación de energía térmica en desagües.
- Climatización de piscinas para ampliar la temporada de baño.
“Y nuestra vivienda se convierte en un acogedor tranquilo, silencioso, suave, eficiente, y saludable sumidero de energía, y un potente gestor térmico que coge una kCal de aquí, para dejarla allí.”