Inventor: Fernando Sánchez Santos
Invento:
Los actuales puntos de libro en forma de tarjeta de cartulina rectangular no resuelven satisfactoriamente la función para la que fueron diseñados, la de marcar el lugar donde dejamos la lectura para retomarla en otro momento. Cuando se abre un libro lo primero que se hace es retirar el punto de libro, pues de otra forma no puede accederse a la lectura.
A menudo, no sabemos dónde guardarlo mientras leemos, por lo que tiende a extraviarse. A veces, incluso se cae y se pierde estando en el interior del libro. Rara vez terminamos una obra con el mismo punto con el que se empezó a leer. Se trata de un producto que suele comercializarse mediante publicidad, pero como tal es uno de los medios más ineficaces que existen ya que cuando el punto de libro está en su sitio la publicidad contenida en él no es visible, mientras que cuando abrimos el libro lo primero que se hace es retirar el cuerpo extraño que nos impide leer. Si al terminar una novela nos preguntasen qué publicidad contenía el punto (o puntos) que hemos utilizado probablemente no sepamos qué responder.
El punto de libro permanente y automático resuelve todos estos inconvenientes al tiempo que añade otras ventajas. Se trata de una lámina con cierta flexibilidad que se acopla al libro en el interior de su contraportada mediante un sistema de fijación. Puede situarse en el margen superior o inferior del libro, según la preferencia para pasar las hojas. De ésta forma, y sin que el libro esté previamente preparado para ello, el punto entra a formar parte del libro.
A medida que se pasan las hojas el punto de libro actúa de forma automática gracias a su flexibilidad, quedando situado siempre en la página en la que se está leyendo.
El lector, simplemente no necesita manipular el punto de libro ni al abrir el libro, ni mientras está leyendo, ni al cerrar el volumen. Su plegado en segmentos permite adaptarse al diferente grueso del libro a medida que el número de páginas se va reduciendo.
Por otro lado, cabe señalar que el sistema de fijación presentado en las maquetas de las fotografías consiste en un adhesivo, pero está prevista la posibilidad de que el sistema de fijación pueda ser mediante pinza-clip, o un carril desplazable en el sentido vertical del libro. En este caso, una vez terminada la lectura, el punto de libro que ya se encuentra ubicado automáticamente en la última hoja utilizada, puede desplazarse manualmente en sentido vertical de forma que marque la línea exacta en la que se abandonó la lectura. Piénsese en la utilidad de marcar un punto exacto de lectura en un manual técnico, un dossier de estudiante, o en una novela de letra menuda.
Por otra parte, de cara a la comercialización de esta innovación de muy bajo coste económico, ha de tenerse en cuenta que si bien la cantidad de publicidad que puede contener es escasa (un par de frases, un eslogan o un anagrama), ésta es visible a lo largo de toda la lectura del libro, pudiendo incluso tener un efecto subliminal tras terminar la obra.
Por último, cabe destacar que tanto el tamaño como el diseño del punto de libro ha sido optimizado de tal manera que con una única medida se adapta a prácticamente cualquier tamaño y grosor de libro. Una vez concluida la lectura de la obra, el punto de libro puede retirase y fijarse a otro libro; es reutilizable.
Se puede obtener más información de su Invento en su Página Web; http:/puntoautomatico.blogspot.com
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