Inventor: Joaquín Néstor González Valle
Invento:
El objeto de la presente invención se refiere a un nuevo sistema para afianzar los sucesivos módulos de una valla de cerramiento sobre los postes de soporte.
El sistema permite un margen de ajuste que compensa los posibles errores de colocación de los postes que no siempre se sitúan en su lugar teórico.
Se trata de un sistema de sujeción muy sólido y resistente que está concebido para evitar sustracciones o, como mínimo para dificultar el desmontaje por los amigos de lo ajeno.
Las vallas utilizadas pueden ser de distintos tipos en lo referente a los barrotes centrándose el objeto de la invención en la forma de engarzar los largueros sobre los postes.
La presente invención, tal como ha quedado expuesto en la introducción, se refiere a un nuevo sistema de sujeción de los marcos de vallas para cerramientos cuya novedad se centra en la unión de los largueros a los postes de soporte.
Los postes de soporte son del tipo tubular metálico de sección cuadrada, rectangular, circular, elíptica, o cualquier otra, estando colocados en posición vertical con empotramiento en un zócalo de ladrillos, bloques, hormigón o en el propio terreno con un macizo de cimentación adecuado. La singularidad de los citados postes es que a la altura donde deben ir colocados los largueros, es decir, normalmente uno superior, próximo a la cabeza del poste, y otro inferior, próximo al pie del mismo, tiene unos perfiles soldados en forma de “U” invertida de una longitud del orden de 6-12 cm. Dado que cada poste, si es de los intermedios, debe dar continuidad a la valla por ambos lados del mismo, es preciso soldar dos perfiles en el nivel superior y otros dos en el inferior, ambos en posiciones opuestas y exactamente a la misma altura.
Cuando el poste deba colocarse al final del vallado, será suficiente con soldar únicamente dos perfiles, en el mismo lado, y a sus correspondientes alturas superior e inferior. De la misma forma si el poste es de los que debe colocarse en puntos de cambio de alineación, los perfiles se soldarán en la dirección requerida. Cada uno de los perfiles, aproximadamente en la mitad de su longitud, en la cara superior y por su parte interna, lleva soldada, o adherida por cualquier procedimiento, una tuerca destinada a recibir un tornillo como se verá más adelante. La tuerca, o elemento cilíndrico roscado hembra, está colocada en el eje de simetría longitudinal y su dimensión es menor que la luz del perfil dejando espacio entre sus bordes y las alas del perfil.
Los largueros son también metálicos de forma prismática y sección preferentemente rectangular o cuadrada teniendo una dimensión externa ligeramente inferior a la luz del perfil antes citado de forma que puede acoplarse dentro de él con un ligero juego. Dado que, como se acaba de indicar, existe una tuerca en el interior del perfil que, en principio, obstaculiza el acoplamiento del larguero sobre el perfil, es preciso practicar un orificio rasgado, abierto por el extremo y por su parte superior como veremos más adelante. Además en la cara opuesta del larguero, es decir en la que va a quedar posicionada en la situación más baja, se practica un agujero rasgado cerrado de dimensión adecuada para que admita el tornillo de sujeción que debe atravesar el larguero hasta quedar roscado en la tuerca antes mencionada. Esta disposición de rasgados superior e inferior en cada larguero, debe existir en sus dos extremos. La sujeción que realizan los tornillos se complementa con unas arandelas planas rectangulares.