De la Sagra pretendía armonizar el liberalismo económico (Stuart Mill) con el socialismo utópico y el anarquismo (Colins, Proudhon, Blanqui). A su regreso a España fue diputado en las filas liberales y progresistas (1838, 1840, 1845, 1854). Asimismo, estuvo al frente de varias publicaciones como El Corresponsal (1839), El Porvenir (1845), cerrado por motivos políticos, o la Guía del Comercio (1846), de información económica.
En 1845 promovió la primera compañía azucarera española, la Sociedad Azucarera Peninsular, con un capital social de 3,2 millones de reales. El objetivo era modernizar un deprimido sector en la costa entre Málaga y Almería, mediante mejoras en el cultivo de la caña y en la producción de los trapiches e ingenios (introducción de sistemas de riego, plantas más productivas, racionalización del abono, aparatos de vapor).
A fin de equipar la empresa con la tecnología más avanzada, solicitó en el Conservatorio de Artes de Madrid dos privilegios (privs. nº 264 y nº 683) para introducir diversos aparatos procedentes de Francia, Bélgica y Prusia (molinos con cilindros de hierro, calderas a vapor, filtros, tornos de moldeado, etc). Sin embargo, por desavenencias con algunos de los socios, De la Sagra abandonó la empresa y creó por su cuenta en Torre del Mar, cerca de Vélez-Málaga, la azucarera El Porvenir (1846) que acabaría traspasando un año más tarde.
En 1848, en París, De la Sagra participó en las jornadas revolucionarias, colaborando junto a Proudhon en la creación del Banco del Pueblo.
En 1856, presionado por Narváez, abandonó definitivamente España y se exilió a Francia. Allí conoció a Marx y Engels y desempeñó el cargo de cónsul de Uruguay. Ante al avance de las tropas germanas con la guerra de 1870, marchó de París hacia Suiza, donde murió un año después, en el pueblecito de Cortaillod. Ramón de la Sagra solicitó en España otros dos privilegios de invención (en 1851 y 1852): un aparato minero capaz de separar el oro mediante ventilación (priv. nº 831) y un procedimiento de hacer materiales de construcción como yeso, cal o ladrillos (priv. nº 947).