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En un evento histórico de subastas, una tableta de piedra que data de más de 3,000 años, con inscripciones de los Diez Mandamientos, ha sido vendida por la asombrosa cifra de 5 millones de dólares. Esta tableta, conocida como una de las piezas más antiguas de artefactos religiosos que han sido descubiertos, tiene una enorme importancia tanto para estudios bíblicos como para el patrimonio histórico y arqueológico.

La tableta en cuestión es parte de un fragmento de piedra que contiene una versión temprana de los Diez Mandamientos, una serie de principios morales y éticos que, según la tradición religiosa, fueron dados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí. La inscripción en esta tableta se considera una de las primeras representaciones físicas de los mandamientos, anteriores incluso a los rollos del Mar Muerto.

Este fragmento fue encontrado en una excavación arqueológica en el cercano Oriente, en lo que se cree que era una antigua región de Canaán, durante una expedición dirigida por un equipo de arqueólogos internacionales. A través de métodos avanzados de datación y análisis de la escritura, se ha comprobado que la tableta data de aproximadamente 1,000 años antes de la era común, lo que la convierte en una de las piezas más antiguas de texto escrito de la humanidad.

El artículo fue subastado en una prestigiosa casa de subastas especializada en antigüedades y artefactos históricos de gran valor. Tras una intensa competencia entre coleccionistas privados, instituciones religiosas y museos internacionales, la tableta alcanzó el asombroso precio de 5 millones de dólares, superando con creces las expectativas de los expertos, quienes inicialmente estimaron que la pieza se podría vender por una cifra de entre 2 y 3 millones de dólares.

Los compradores han preferido mantenerse en el anonimato, pero se especula que la tableta será exhibida en una colección privada de gran prestigio, o que podría ser adquirida por un museo para que el público pueda admirar este valioso trozo de historia antigua.

La tableta no solo tiene un valor histórico debido a su antigüedad, sino que su importancia religiosa es incalculable. Los Diez Mandamientos, que han influido en las leyes y la ética de muchas culturas a lo largo de los siglos, son una piedra angular de las tres principales religiones monoteístas del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Los estudiosos han sostenido que el descubrimiento de esta pieza representa una prueba tangible de los orígenes de estas creencias y de los textos que formaron la base de las escrituras sagradas.

Las inscripciones en la tableta, aunque fragmentarias, muestran un estilo de escritura cuneiforme, una de las primeras formas de escritura que los antiguos sumerios usaron para registrar leyes y mandamientos. Esto ha permitido a los arqueólogos y expertos en textos antiguos hacer comparaciones con otros escritos contemporáneos, ayudando a ampliar la comprensión del contexto en el que surgieron los primeros relatos bíblicos.

La venta de este artefacto a un precio tan elevado ha generado un intenso debate en la comunidad académica y religiosa. Algunos consideran que la compra de un objeto de tan alto valor para fines privados podría limitar el acceso a un hallazgo de tan importante relevancia histórica, mientras que otros argumentan que el valor cultural de la pieza justifica la inversión y que, con el tiempo, podría ser puesta en exhibición para el público en general.

Además, la venta de esta tableta ha provocado un renovado interés por los textos antiguos y su preservación, así como por las exploraciones arqueológicas en áreas del Medio Oriente que aún esconden secretos sobre las primeras civilizaciones y sus creencias religiosas.

La subasta de la tableta con los Diez Mandamientos a un precio de 5 millones de dólares no solo marca un hito en el mundo de las antigüedades, sino que también pone de manifiesto la fascinación continua que los artefactos religiosos ejercen sobre el mundo moderno. Este hallazgo reafirma la importancia de la arqueología como un puente entre el pasado y el presente, y la manera en que los descubrimientos antiguos siguen iluminando el camino de la humanidad hacia el futuro.