Inventor: Félix Jiménez Eslava
Biografia:
Nació en Ibiricu (Navarra), hace 71 años. No posee estudios superiores en el ámbito científico, pese a que señale a la Física como su gran pasión, sino de Filosofía y Letras, y se define como soñador. Desde su infancia, gestó la idea de hacer funcionar un coche con agua en lugar de combustible. Ya en la enseñanza secundaria comprendió que su idea pasaba por los principios de Pascal y su hidrostática. Finalmente, tras años de investigación y esfuerzo, decidió registrar su idea a los 65, con el objeto de que su proyecto siguiese vivo. También ha inventado trilladoras, cosechadoras, segadoras y un freno hidráulico para máquinas arrastradas por tractores que ha gozado de una gran aceptación en su difusión y utilización. Tiene otros proyectos en mente que quiere realizar.
Invento:
Obtiene movimiento por presión hidrostática.
Todos los motores convencionales se basan para funcionar en la fuerza expansiva de los gases, bien sean de vapor, de gasolina o diésel. Para ello queman productos que ya no se pueden volver a utilizar de nuevo; queman, a su vez, oxígeno; contaminan, con los gases de las reacciones producidas, partículas no quemadas contaminantes; a su vez, surge el problema de que los recursos energéticos son limitados y, también, caros, entrado en juego la oferta y la demanda en una lucha que desestabiliza los planes y provisiones de las naciones. Por todo ello, se impone explorar, y con probabilidad de éxito, nuevas alternativas.
Así, el invento que se propone, trata de buscar una solución a la situación planteada y, para ello, se ha basado en las teorías de Pascal sobre hidrostática: «la presión que se ejerce sobre el fondo de las vasijas en los líquidos es igual al peso de una columna de ese mismo líquido, que tenga por base le de la vasija y altura la del líquido». La forma de la vasija no influye para nada, y el resultado depende del peso específico del líquido.
Esto nos permite un amplio juego a nuestro favor, ya que podemos ampliar la presión, aumentando la base y ampliando la altura con un simple tubo. A su vez, pensando en que habrá que elevar el pistón, podemos crear una vasija que solo tenga una pequeña lámina de agua, y poner las válvulas correspondientes para que, al bajar, no se rompa la vasija, cortar el efecto de la presión y vaciar entre ella y el fondo el líquido correspondiente, ya que, en caso contrario, la presión generada no lo permitiría.
¿Bajará el émbolo diseñado?. Esa es la cuestión. Si baja lo haremos subir, y produciremos el efecto deseado.
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