Adiós a los enchufes: DARPA marca un hito al transmitir electricidad de forma inalámbrica a más de 8 kilómetros. Un reto que está aun virgen y transformaría el panorama eléctrico radicalmente.
La revolución energética está más cerca de lo que imaginamos. En un avance que podría cambiar para siempre la manera en que distribuimos la energía, un equipo de investigadores de la agencia de Defensa de Estados Unidos, DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency), ha logrado transmitir más de 800 vatios de electricidad de forma inalámbrica utilizando únicamente un rayo láser. Esta hazaña tecnológica se llevó a cabo a través del programa POWER (Persistent Optical Wireless Energy Relay) y representa uno de los mayores logros hasta la fecha en el campo de la transmisión óptica de energía.
Lo verdaderamente asombroso es que esta electricidad recorrió una distancia de más de ocho kilómetros, sin emplear cables, sin redes eléctricas tradicionales y sin la intervención de combustibles fósiles. Un rayo de luz atravesó la atmósfera, llevando energía de forma segura, eficiente y limpia.
Una tecnología que transforma la luz en electricidad
El sistema desarrollado por DARPA se basa en un principio sencillo pero potente: convertir electricidad en luz altamente dirigida, hacerla viajar hasta su destino y luego reconvertirla en electricidad gracias a un conjunto de células fotovoltaicas. Este proceso elimina por completo la necesidad de infraestructura física compleja, como postes de luz, cables de alta tensión o estaciones de combustible.
El experimento se realizó con un sistema denominado PRAD (Power Receiver Array Demo), que demostró su eficacia incluso enfrentando uno de los mayores desafíos de este tipo de tecnología: la interferencia de la atmósfera terrestre. A pesar de que la prueba duró tan solo 30 segundos, fue suficiente para validar no solo la viabilidad técnica del proceso, sino también su estabilidad operativa en condiciones reales.
Aplicaciones militares, industriales y futuras aplicaciones civiles
Si bien DARPA ha confirmado que las primeras aplicaciones prácticas de esta tecnología estarán orientadas al ámbito militar, sus posibilidades van mucho más allá. Escenarios como hospitales de campaña, zonas de desastre natural, o entornos remotos donde la instalación de infraestructura eléctrica es inviable, podrían beneficiarse enormemente de esta innovación.
En el futuro, esta tecnología podría revolucionar el suministro energético en áreas urbanas e industriales, permitiendo por ejemplo alimentar dispositivos, vehículos o estaciones remotas sin necesidad de estar conectados a la red eléctrica tradicional.
¿El futuro de la energía sin cables?
La transmisión inalámbrica de energía ha sido durante décadas una fantasía de la ciencia ficción. Sin embargo, los recientes avances de DARPA sugieren que este futuro está al alcance de la mano. Aunque aún hay retos por superar —como la seguridad del haz láser, la eficiencia energética a gran escala, y la regulación del espacio aéreo—, lo cierto es que estamos presenciando los primeros pasos hacia un mundo sin enchufes, sin cables, y con energía en cualquier lugar del planeta.
Este logro no sólo representa un paso más en la innovación tecnológica, sino que podría convertirse en un pilar clave para la sostenibilidad energética global, al reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las costosas infraestructuras eléctricas.